Gracias a estudios neurocientíficos en pacientes con una neuropatología particular en la que carecen de la plena conciencia de su cuerpo en el espacio. Se debe a una mutación en un gen llamado PIEZO2. Estos pacientes tenían sin embargo una sensibilidad distinta para ciertos tipos de tacto que parecía compensarse.
¿Será un truco que usa el cerebro para “ver sin poder usar los ojos”?