La esclerosis múltiple es una enfermedad del sistema nervioso bastante común en personas hacia los 20-30 años. Aunque los desencadenantes concretos son aún desconocidos, los nuevos estudios apuntan a que los desequilibrios en el intestino y los niveles de hierro alterados podrían estar entre las causas.
La esclerosis múltiple: Una enfermedad caprichosa.
La esclerosis múltiple es una enfermedad con mil caras. Es una enfermedad del sistema nervioso que suele aparecer hacia los 20-30 años con síntomas variados desde fatiga, dolor, pérdida del equilibrio, debilidad muscular, temblores, alteraciones visuales, problemas urinarios, dificultades para hablar, memorizar y concentrarse, etc. Es más frecuente en hombres que en mujeres, aunque no se conocen exactamente las causas.
Es una enfermedad caprichosa de difícil diagnóstico ya que puede variar mucho de una persona a otra. Los síntomas no son fijos y tampoco es una enfermedad hereditaria. Hasta ahora es incurable.
Las nuevas investigaciones han dado algunas “pistas” sobre factores que podrían influir en el desarrollo de esta enfermedad.
Dolores e insomnio son factores precedentes
Un estudio efectuado en la Universidad de Manitoba ha demostrado que hay síntomas que se pueden detectar cinco años antes de que la esclerosis aparezca.
Entre estos síntomas se encuentran tener dolores en músculos y articulaciones, por lo que era frecuente que consumieran fármacos analgésicos para aliviar este malestar. También solían visitar al neurólogo con frecuencia quejándose de migrañas, depresión, ansiedad, insomnio y trastornos bipolares. Era más frecuente que siguieran tratamientos con anti-depresivos y antibióticos para las infecciones en el tracto urinario.
Los investigadores del estudio concluyen que es posible que estas molestias que aparecen 5 años antes se vayan acumulando progresivamente hasta alcanzar un nivel de trastorno con diagnóstico. Sin embargo, poder detectar estos síntomas antes para poder identificarlos podría ayudar a poner remedios más eficaces.
Niveles alterados de hierro en el cerebro
En un nuevo estudio con resonancia magnética en diversas áreas del cerebro se han detectado alteraciones en los niveles de hierro.
En la investigación se incluyeron más de 400 pacientes con esclerosis múltiple y 250 personas sanas como grupo control. En los análisis se detectaron alteraciones en los niveles de hierro en distintas zonas del cerebro.
Por consiguiente, se piensa que el hierro pueda contribuir al daño en el cerebro. Sin embargo, todavía se desconoce de qué manera podría afectar ya que los niveles de hierro eran altos en algunas áreas cerebrales mientras que eran bajos en otras.
Alteraciones en la microbiota intestinal
Un parámetro que está cogiendo auge en la esclerosis múltiple son las alteraciones de la microbiota intestinal. Como ya se ha comentado en otros artículos de este blog, la microbiota intestinal debe conservar ciertos equilibrios entre los diferentes tipos de microorganismos para mantener la salud. Hay muchos ejemplos que demuestran que enfermedades como el alzhéimer, párkinson, autismo, depresión, etc. presentan perfiles desequilibrados en las bacterias del intestino. Incluso se apunta recientemente a que el origen del párkinson esté en el intestino y se ha comprobado que el autismo puede mejorar con trasplantes fecales.
En un estudio reciente efectuado en centros en Suiza se ha comprobado que existe un desencadenante inflamatorio que podría tener su origen en bacterias del intestino. En concreto, la producción de una proteína (guanosina difosfato fucosa) producida por bacterias intestinales pasaría a la sangre, donde provocaría una reacción inflamatoria que acabaría afectando al sistema nervioso.
Estos resultados indican que el estado de las bacterias del intestino podría ser un factor a tener muy en cuenta en el desarrollo de esta enfermedad. En este sentido, los pacientes de esclerosis múltiple presentan con frecuencia dolores abdominales, alteraciones en la digestión y en el intestino.
Una vez más, se trata de un ejemplo de cómo la nutrición y la digestión pueden ser determinantes para la salud de la cabeza.