El café tiene propiedades antioxidantes y estimulantes. Muchas personas no podrían prescindir de esta aromática bebida por la mañana. Algunas investigaciones alaban sus propiedades para el cerebro, pero consumido con moderación.
Café para la memoria
Algunas investigaciones neurocientíficas publicadas en artículos anteriores de este blog han demostrado que tomar café puede mejorar la memoria, en particular la llamada “memoria pasiva”. Es decir, la memoria de acontecimientos que recordamos sin necesidad de esforzarnos.
Sin embargo, contrariamente a lo que pueda padecer, el café no parece tener ningún efecto en la memoria “activa” es decir, la que utilizas cuando estás intentando memorizar algo para un examen.
Mucho café produce ansiedad
Otros estudios científicos efectuados en personas que tomaban más de 3 tazas de café al día (el equivalente a más de 2,0 gramos de café) demostraron que estos grandes consumidores de cafeína presentaban mayor ansiedad, estrés y nerviosismo. Además, estos efectos eran más agudos en personas de edad avanzada.
Cafeína: yin y yang para el Alzheimer
En algunos estudios también se ha apuntado a que la cafeína pueda contribuir a prevenir de demencias durante el envejecimiento, como es el caso del Alzheimer. Este efecto se debería a que la cafeína podría bloquear algunas moléculas en las neuronas que agudizan los defectos de memoria en esta enfermedad.
Sin embargo, otra investigación efectuada por investigadores de Barcelona y Suecia efectuada en ratones de un modelo de Alzheimer apunta a que la cafeína no es la panacea. Estos investigadores afirman que tomar 3 tazas o más de café al día en el medio plazo empeora los síntomas de Alzheimer.
En particular, los efectos nocivos del café se atribuyen a un aumento de la ansiedad que dificulta la memoria y el aprendizaje, por lo que contribuiría al deterioro del cerebro.
Yo considero que 1 taza de un buen café expreso por la mañana es suficiente para “calmar el gusanillo” de la cafeína todo el día. Eso sí, procura tomarlo sin azúcar, ya que estás añadiendo una componente neurotóxica, además de matar el sabor aromático de la bebida.
