El cerebro es muy sensible a la deshidratación y la falta de oxígeno. Estos dos factores afectan mucho cuando subimos en altitud. Hay personas que sufren el “mal de altura” que viene como consecuencia de subir a 1.000 metros o más.
Los síntomas más comunes suelen ser dolores de cabeza, sensación de aturdimiento, sensación de asfixia, pérdida de la coordinación de los movimientos, náuseas, dolores estomacales y vista borrosa.
En mi reciente estancia en la montaña Vinicunca en Perú (5.280 metros de altitud) probé algunas hierbas que usan los quechuas (hojas de coca, hojas de muña (menta andina), jengibre, cafeína, etc). Resultaron muy eficaces, combinados con otras pautas preventivas que comento en este vídeo. ¡Con ataque de avispa incluido!
Vínculo: https://www.youtube.com/watch?v=jfQTrPjURc0&feature=youtu.be