Perder el olfato puede cambiar la vida de una persona
El sentido del olfato es el resultado de un proceso neurológico complejo. Las células nerviosas del olfato se localizan en la cavidad nasal y detectan las moléculas olorosas del aire. Luego las transmiten y coordinan a lo largo de fibras hasta el cerebro que generan el olor. Los humanos no somos particularmente duchos en el olfato cuando lo comparamos con otros mamíferos como el elefante que llega a identificar varios cientos más de moléculas olfativas que los humanos.
La pérdida del olfato puede cambiar la vida de una persona. Puede privar de una parte importante del sentido de uno mismo, y de la profundidad de las interacciones sociales. “La experiencia de las sensaciones se vuelve a un mundo bi-dimensional”, como comentan Chrissi Kelly, fundadora del centro AbScent que ayuda a las personas que han perdido la habilidad para oler.
Yo misma recuerdo haber perdido el olfato durante unos meses por una operación de fractura de tabique nasal. Mi ánimo decayó enormemente y me sentía mucho más vulnerable y temerosa. Perdí la calidad del sueño, ante la eventualidad de que mientras durmiera pudiera haber fuego o algún otro peligro que no podía identificar con el olfato en ese momento. También cambió ligeramente la percepción de mí misma, puesto que podía percibir mi propio olor.
La anosmia ha incrementado mucho con la crisis de la covid-19
La aparición de la infección provocada por el virus Sars-Cov2 (la COVID-19) ha puesto de relevancia la importancia del olfato. Se calcula que un porcentaje importante de los pacientes con COVID experimentan la pérdida del olfato durante el estado agudo de la enfermedad. La mayor parte de ellos recuperan el olfato en un par de meses, pero hay una proporción significativa entre 5-10% mantuvieron la anosmia (pérdida total del olfato) meses después. Los expertos comentan que el mayor grado de anosmia estaría relacionado con la mayor carga viral: cuantos más virus, más duraría la anosmia.
Es cierto que otros virus como los de la gripe también generan pérdida del olfato. Muchas gripes congestionan la nariz y generar inflamación local, por lo que las moléculas del olfato no pueden llegar a las neuronas que reciben esas moléculas. En estos casos las neuronas no se ven dañadas.
Sin embargo, el caso de la anosmia de COVID-19 es inusual porque no se acompaña de congestión, sino que la neurona se ve afectada. Por eso tardaría más tiempo en recuperar el olfato, ya que las neuronas deberían también regenerarse.
Afortunadamente, el olfato se puede llegar a recuperar incluso en personas que llevaban 40 años sin oler. Es el caso de algunas operaciones de reestructuración nasal a personas que habían sufrido accidentes. El principio recuperación se basaría en regenerar las neuronas del olfato y reconectarlas con el sistema nervioso.
Aunque hayáis perdido el olfato, seguid oliendo cosas
Esta es una frase que enuncié una ocasión cuando conversaba con dos personas enfermas con Párkinson. Uno de los síntomas frecuentes en estas personas se basa en la pérdida parcial o total del olfato.
En esta conversación de hace más de un año, lo que intentaba sugerirles es que siguieran estimulándose y estimulando su cerebro a través del olfato: explorando olores diferentes, intentando adivinar los ingredientes de una comida, haciendo ensayos de identificación de olores distintos, etc.
Una de estas personas me comentaba un año después que había seguido mi consejo y que estaba segura que ahora disfrutaba de los olores más que hacía 1 año. Me escribía en un correo: “Estoy segura de que ahora disfruto de más olores de los que disfrutaba antaño. Incluso cuando voy por la calle con la mascarilla. Es algo de lo que me alegro, no solo por la satisfacción que obtengo, si no porque si perdiese ahora alguno de los consolidados lo vería como un posible síntoma de contagio de la COVID-19.
¿Cómo entrenar el olfato?
Podemos ejercitar el olfato de manera muy sencilla utilizando algunos activadores de las neuronas olfativas. Sería como una forma de fisioterapia nasal, para ejercitar las neuronas nasales. Por ejemplo, utilizando aceites esenciales de rosa, limón, clavo y eucaliptus por aproximadamente 20 segundos al día. Los científicos afirman que evidentemente es muy difícil recuperar cuando hay una pérdida importante de olfato, si bien los ejercicios nasales sí contribuyen a mejorar en personas con pérdida parcial. Por otra parte, en algunos hospitales como el Mount Sinai hospital de Nueva York se están efectuando entrenamientos a los pacientes que han perdido el olfato como consecuencia de la COVID-19 a base de aceites de pescado ricos en omega-3. Se cree que el consumo de omega-3 podría acelerar el proceso de recuperación actuando, por una parte como antiinflamatorio y, por otra parte, regenerando y protegiendo los nervios lesionados.
4 respuestas a «El olfato: esencial para la memoria y el bienestar mental»
Una lectura apasionante. Gracias por ayudarme a conocerme un poco mejor.
Un auténtico placer.
Raquel
Gracias por tus maravillosas informaciones mensuales. Son como el maná. Te vi hace unas semanas en La Laguna y estás cada día mejor. Así llegaremos al Centenario en forma.
Gracias Víctorio.
Sí, me acuerdo que nos vimos.
¡A por los cien… y pico!
????
Un abrazo
Raquel Marín