Dormir para “refrescar” la mente y consolidar la memoria
Dormir sigue siendo en parte un misterio, sobre todo cuando se piensa que mientras dormimos se prioriza la «desconexión total» frente a otros aspectos también vitales como es protegerse de los enemigos, comer, beber o incluso reproducirse. El sueño es una propiedad del cerebro y del cuerpo que sirve para algunos propósitos realmente esenciales para la vida.
Al cerebro el sueño le permite reparar material genético, restaurar la funcionalidad adecuada, refrescar el cerebro, ralentizar su metabolismo, limpiar residuos resultados de la respiración y del gasto metabólico, afianzar el aprendizaje adquirido, gestionar la memoria y los recuerdos, contribuir al equilibrio emocional y evitar el deterioro funcional.
En otras partes del cuerpo dormir permite regular adecuadamente el metabolismo, mejorar el sistema inmune, controlar la producción de hormonas, la temperatura corporal, reducir el riesgo de inflamación y enfermedad y «ahorrar» kilocalorías. Todavía se desconoce la totalidad de los beneficios del sueño para la salud física, anímica y mental, como mecanismo adaptativo en la evolución, de acuerdo a las funciones que se han incorporado en la actividad humana. Es posible que la lista de beneficios al dormir siga creciendo a medida que se vayan descubriendo.
Durmiendo poco se “limpia” peor el cerebro
La mayoría de las personas necesitan unas 7-8 horas de descanso nocturno para tener la mente fresca y sentirse descansados para empezar el día. De hecho, hay investigaciones que indican que impedirse de dormir por debajo de este tiempo en la población en general provoca un aumento del riesgo de Alzhéimer.
La correlación “poco dormir-mayor riesgo de Alzhéimer” vendría relacionada con la reducción de la limpieza nocturna del cerebro de agregados tóxicos cuando el sueño nocturno es pobre.
El servicio de limpieza del cerebro se efectúa por el sistema glinfático que se activaría de preferencia durante las fases del sueño. En este momento, se aumenta el caudal de líquido infiltrado en el cerebro que permite eliminar los agregados de proteínas tóxicas (como los agregados amiloideos típicos del Alzhéimer).
La eliminación de los agregados tóxicos permitiría reducir el riesgo de algunas enfermedades neurodegenerativas.
Mente despejada con 4 horas en la cama
Aunque menos común, hay personas que con tan solo 4 o 6 horas máximo de sueño consiguen estar en plena actividad sin secuelas de fatiga o resaca del sueño. ¿Cómo lo consiguen?
Según una investigación reciente efectuada en la Universidad de California San Francisco (EE.UU.) en la revista iScience, los durmientes “exprés” presentan una mayor resistencia a desarrollar enfermedades del cerebro y problemas psicológicos.
Para el estudio, analizaron durante varios años a familias que son durmientes naturales exprés. Hay que distinguir entre dormir poco porque no haga falta dormir más frente a dormir poco por esforzarse en alargar las horas del día, poniéndose el despertar y obligándose a ir a la cama tarde. En este segundo caso, dormir poco con esfuerzo no está en absoluto recomendado.
En el trabajo efectuado por la Universidad de California San Francisco se concluye que estos durmientes de élite muestran una resistencia psicológica y a las enfermedades neurodegenerativas que podría indicar el camino para evitar ciertas enfermedades neurológicas, tales como el Alzhéimer. Los investigadores identificaron cinco genes que desempeñarían una función en la eficiencia del sueño. Estos genes presentaban mutaciones en el genoma de los durmientes eficaces.
Genes para la falta de sueño
Los investigadores también efectuaron estudios en modelos de ratón con la enfermedad de Alzhéimer. Observaron que estos ratones tenían falta de sueño y correlacionar la falta de sueño con la degeneración neuronal provocada por la enfermedad.
Al analizar el genoma de los ratones para identificar qué genes podían estar afectados encontraron dos, que denominaron DEC2-P384R y Npsr1-Y206H.
Los investigadores encontraron que los ratones que presentaban estas mutaciones desarrollaban menos agregados tóxicos de amiloide en el cerebro. Ello era indicativo de que de alguna manera estas mutaciones estaban protegiendo a los ratones de la enfermedad neurodegenerativa.
Los científicos concluyeron que hay genes que permiten una mayor eficacia del sueño, lo que permitiría tener un sueño más eficaz con menos tiempo durmiendo. Indirectamente, estos genes podrían contribuir a reducir el riesgo y la progresión de algunas enfermedades del cerebro que cursan con agregados tóxicos.
Descubrieron que sus cerebros desarrollaban muchos menos agregados característicos asociados a la demencia.
Mientras tanto, si no dispones de la suerte de tener estas mutaciones en tu genoma, procura activar el sistema de limpieza nocturna, permitiéndote dormir al menos 7 horas por noche.