Ansiedad y sistema nervioso
Los trastornos de ansiedad suelen relacionarse con desequilibrios en el cerebro. Muchos estudios neurocientíficos han buscado los circuitos neuronales que estarían asociados con la ansiedad, en particular en modelos experimentales.
En la mayoría de los casos se han asociado con la actividad neuronal relacionada con el miedo y el estrés crónico.
El resultado de los cuadros ansiolíticos son, a su vez, un desencadenante de trastornos psicológicos y fisiológicos que afectan a la salud de las personas. En otros artículos de este blog se ha comentado que la ansiedad y la depresión pueden ser tan nocivos para la salud como el tabaco y la obesidad. Aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, infartos, hipertensión y enfermedades neurodegenerativas.
Algunos investigadores distinguen entre dos tipos de ansiedad:
- La ansiedad cognitiva por aprehensión (o preocupación). Genera una ansiedad anticipada, en la que se prevén situaciones catastróficas, expectativas negativas y miedos a lo que pueda ocurrir en el futuro. Se acompaña de tensión muscular, fatiga y sueño ligero.
- La ansiedad somática que suele acompañarse de ataques de pánico. Se relaciona con una tendencia a ver el peligro inminente y se acompaña de arritmias, taquicardias, mareos y tensión muscular.
Cuando se analiza la actividad cerebral en trastornos de ansiedad se pueden observar algunas alteraciones en los estudios neuropsicológicos, como por ejemplo una actividad desregulada en el hemisferio derecho.
Sin embargo, hasta ahora no se habían tenido en cuenta que otros factores, además de la función nerviosa, podrían estar interviniendo.
La glándula de la tiroides y la ansiedad
Un estudio reciente efectuado en personas voluntarias ha encontrado una posible correlación entre la actividad de la glándula de la tiroides y los trastornos de ansiedad.
La glándula tiroides se encuentra en la zona del cuello (podemos ver cómo se levanta cuando tragamos). Está formada por dos mitades. Las células de la tiroides producen las hormonas tiroideas (principalmente conocidas como T3 y T4) que ejercen funciones importantes en el desarrollo del sistema nervioso y la regulación del metabolismo, entre otros.
Hasta ahora, no se había asociado la ansiedad a problemas endocrinos de la tiroides.
Un nuevo estudio efectuado con 76 pacientes de una media de 32 años aproximadamente, hombres y mujeres, que tenían trastornos de ansiedad ha investigado la posible relación con problemas en la tiroides.
Para ello, se analizaron los niveles de las hormonas tiroideas en la sangre. Se observó que en el 72% de los pacientes la tiroides era normal, mientras que en 28%-31% presentaban anomalías en la forma o función de la tiroides. En el estudio, decidieron efectuar diversos tratamientos entre 2-8 semanas para regular y mejorar la tiroides, observándose un mejor bienestar en relación a la ansiedad.
En el estudio aconsejan que si tienes ansiedad, no dejes de visitar al endocrino para comprobar la tiroides.