¿Estamos ante un tratamiento preventivo sencillo y barato para evitar las enfermedades neurodegenerativas? Hacer ejercicio físico parece ser más importante para tener un cerebro saludable de lo que habíamos pensado.
El ejercicio físico mejora la “respiración” de nuestras neuronas.
Investigadores de la Universidad de Carolina del Sur han demostrado que el ejercicio regular aumenta el número de mitocondrias en el músculo y en el cerebro. Las mitocondrias se encargan de generar energía en nuestras células (y sobre todo en las neuronas, que son tan demandantes de oxígeno) por lo que resulta en efectos mentales muy positivos, como mejorar la memoria y reducir la depresión.
El ejercicio aeróbico aumenta la neurogénesis y el aprendizaje.
Por otra parte, una reciente colaboración de investigadores de la Universidad de Jyväskylä (Finlandia) y de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) efectuada en animales de experimentación (ratas) demostró que el ejercicio físico aeróbico a los que ponían a correr en una noria fomenta la neurogénesis en el hipocampo, mientras que este efecto no se observaba en los animales sedentarios. El hipocampo es un área cerebral relacionada con la memoria y aspectos cognitivos. La neurogénesis hipocampal es un proceso continuo que contribuye a una variedad de conductas adaptativas, como es el aprendizaje. El ejercicio aeróbico en los humanos sería el equivalente a caminar, trotar, bailar, pedalear, etc., en el que nuestras células utilizan oxígeno para respirar. Curiosamente, esta neurogénesis no se observaba cuando se efectuaba ejercicio anaeróbico (carrera a máxima velocidad, saltos, levantar peso elevado).