¿Un nuevo fármaco pronto disponible para el Parkinson? Las últimas noticias son prometedoras. Lo curioso es que el fármaco (denominado MSDC-0160), desarrollado por el grupo de investigación de Patrick Brundin del Van Andel Institute en Estados Unidos se diseñó originalmente para la diabetes tipo 2, pero ha demostrado en modelos experimentales animales que podría ralentizar la enfermedad de Parkinson. Los resultados se han publicado recientemente en una revista científica de prestigio.
Otro fármaco potencial sería la escualamina, molécula aislada originalmente del tiburón.
Ensayos clínicos en 2017
El director de esta investigación afirma que hasta ahora en los modelos de Parkinson que han usado en animales desde 2012 indican que el MSDC-0160 ralentiza e incluso revierte la enfermedad de Parkinson. Hasta la fecha, no se conocía ningún fármaco que fuera capaz de frenar esta enfermedad, por lo que los resultados de esta investigación son muy prometedores.
Evidentemente, ahora hay que demostrar su eficacia en seres humanos, por lo que se iniciará el ensayo clínico en 2017. Los investigadores están trabajando intensamente para poder sacar estos estudios adelante lo antes posible.
La solución está en las mitocondrias
El mecanismo de este fármaco consiste en mejorar la función de las mitocondrias, que son pequeños orgánulos ubicados en el interior de las neuronas que se encargan de obtener energía para las neuronas. Como las neuronas son muy activas metabólicamente, el funcionamiento de las mitocondrias es esencial, y suele ser además uno de los componentes que sufre una disfunción como consecuencia del envejecimiento cerebral.
El MSDS-0160 parece recuperar la actividad de las mitocondrias para obtener la energía que necesitan las neuronas, por lo que también reduciría su longevidad y mejoraría la función de las mismas.
La escualamina del tiburón para frenar el Parkinson
Por otra parte, un estudio reciente publicado en la revista PNAS ha demostrado que la escualamina, un compuesto que se aisló por primera vez del tiburón Squalus acanthias (galludo o tollo) podría ser un fármaco futuro para frenar el desarrollo del Parkinson.
La acción de esta molécula tendría que ver con el bloqueo de la formación de agregados proteicos insolubles de la proteína alfa-sinucleína que producen neurotoxicidad en Parkinson.
Por fortuna, la escualamina se sintetiza actualmente químicamente, por lo que se puede evitar la captura de este tiburón con fines curativos.