La depresión y la ansiedad son muy comunes en la sociedad occidental. Además de producir un detrimento considerable en la calidad de vida, los nuevos estudios indican que ejercen un efecto devastador sobre la salud del cuerpo. Tan dañino como el tabaco o la obesidad.
La depresión, un problema agudo del siglo XXI.
La depresión es una de las enfermedades mentales más comunes en muchos países occidentales.Tan solo en EE.UU se calcula que al menos 16 millones de personas han tenido algún episodio depresivo en su vida. Suele ser 3 veces más común en mujeres yen hombres. Un dato sorprendente de los últimos años es el aumento de su incidencia en jóvenes adolescentes, que presentan cifras de depresión mayores que las personas de 50 años. A nivel global, se calculan 350 millones de personas afectadas por esta enfermedad.
Algo parecido ocurre en el caso de la ansiedad. La ansiedad se caracteriza por exceso de nerviosismo, alteraciones desmedidas, miedos, aprehensión y preocupaciones obsesivas. Si este estado se produce de manera recurrente puede llegar a un cuadro depresivo. De nuevo según estadísticas de EE.UU. un 19% de la población americana ha sufrido crisis de ansiedad en el último año.
Descartes se equivocaba.
El filósofo René Descartes en sus teorías del siglo XVII defendía la dualidad cuerpo-mente como entidades separadas. Sin embargo, en la neurociencia actual esta teoría está totalmente descartada. Como comentaba Antonio Damasio en su libro El error de Descartes, esta dicotomía es falsa. Bien al contrario, el cerebro con sus pensamientos y emociones puede inducir cambios fisiológicos en el cuerpo. Y cada vez se acumulan más evidencias científicas que apuntan a esta influencia de la mente sobre el cuerpo.
¿Cómo afectan la ansiedad y la depresión a la salud?
Un nuevo estudio efectuado en la Universidad de California en San Francisco ha demostrado que los efectos depresivos y ansiosos son muy nocivos para la salud. Incluso a niveles comparables a los efectos de pautas de vida no saludables como son el tabaco y el sobrepeso.
En el estudio se investigaron 15.418 personas mayores de 68 años en las que se hizo un seguimiento de cuatro años para conocer su estado físico y mental.
Los investigadores encontraron que el 16% tenían altos niveles de ansiedad y depresión, el 31% tenían obesidad y el 14% eran fumadores.
Con el tiempo, los que padecían ansiedad y depresión tenían un aumento de riesgo de enfermedad mayor:
65% más riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares;
64% más riesgo de tener infartos;
50% más riesgo de hipertensión;
87% más riesgo de tener artritis.
Ante estas cifras sorprendentes, los investigadores concluyeron que la depresión y ansiedad aportan un riesgo a enfermar mayor que ser fumador o tener sobrepeso.
La depresión no aumenta el riesgo de cáncer
Por otra parte, el cáncer no se correlacionaba con ansiedad y depresión. En otras palabras, las personas depresivas no tenían más cáncer que las personas sin depresión.
Este dato indica que el cáncer no estaría asociado con estos trastornos psicológicos.
En definitiva, el equilibrio emocional y mental da también mayor longevidad y calidad de vida. Esto ya lo sabíamos, pero se desconocía que también se pudiera relacionar con enfermedades concretas que provocan muchas muertes a nivel mundial como son los infartos y las enfermedades cardiovasculares.